Una vez que se den el sí este viernes, a Kate Middleton la dejarán de llamar así. En una parte del mundo será ‘princess Catherine’. Para los países que hablamos castellano, ‘princesa Catalina’.
Ello sucede por la tradición de nuestra lengua, que hasta hoy traduce los nombres propios extranjeros en lo que a Papas y miembros reales se refiere. Para los demás, “acepta el nombre y el apellido extranjero”.
Según explicó el académico y coordinador de Ortografía de la Real Academia Española (RAE), Salvador Gutiérrez, a la agencia AFP, “la tradición de hispanizar los nombres y apellidos se remonta a la época del Renacimiento. Entonces, casi todos provenían del latín, así que se traducían al castellano”.
Por eso es que Kate, cuyo nombre completo es Catherine, pasará a llamarse Catalina. Lo mismo sucede con el príncipe Guillermo, que en inglés se llama William.
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