Aunque la mayoría de la gente suele dejar todo en las manos de los cocineros y mozos, hay ciertas cosas que uno puede hacer para que la salida sea un éxito. Estas son las recomendaciones dadas por Adam Roberts, creador del premiado blog The Amateur Gourmet. Tomemos nota.
NO TE CONFORMES
Cuando llegues al restaurante no aceptes sentarte en una mesa simplemente porque sí. Fíjate si la iluminación y su ubicación es de tu agrado y si es que alrededor no hay elementos que puedan perturbar tu cena: una familia con varios niños escandalosos, la zona de servicios higiénicos o la entrada a la cocina.
“Uno tiene todo el derecho de pedir otra mesa. Si tienes una respuesta hostil (“no habrá ninguna otra mesa disponible en menos de una hora”), sal de ese restaurante inmediatamente, no vale la pena”, señala Roberts.
SIGUE TU INSTINTO
Muy pocas veces uno sale a comer sin tener idea de qué es lo que quiere, generalmente ya tiene algún tipo de carne o plato en mente o un antojo muy específico. Pues bien, hay que permanecer fieles a nuestros deseos y si sabemos qué queremos comer, no hay que dejarnos influenciar mucho por lo que el mozo nos pueda recomendar.
“Si quieres comer un bistec y el mesero empieza a alabar un plato de pescado, asiente educadamente y ordena el bistec”.
SI NO SABES, PREGUNTA
Hay algo en que los mozos nos pueden ayudar mucho: para explicarnos la preparación o los ingredientes de un plato. No tengas vergüenza de preguntar. “Ten en claro de qué trata el plato antes de que lo pidas porque puedes terminar ordenando algo que realmente no querías o no te gusta”.
CUESTIÓN DE PORCIONES
Sabemos que la comida entra por los ojos, pero no te emociones. Si vas a ordenar una entrada consistente, pide un plato de fondo ligero. O viceversa.
Si vas a acompañar tu comida con vino y las personas con las que has salido han pedido cosas muy diferentes entre sí (por ejemplo: una va a comer pescado; la otra, carne de res; la otra, carne de cerdo; y tú, una pasta con mucho queso), va a ser muy difícil pedir una sola botella que caiga bien con cada plato. En esos casos, no te hagas bolas y pide el vino por copas.
Al momento del postre, muchos optan por pedir uno y compartirlo. Pero el periodista gastronómico sugiere que, para poder disfrutar y conocer las habilidades de los reposteros del restaurante, por lo menos pidamos dos: uno hecho en base a frutas y otro con chocolate.
PRUEBA PRIMERO
Esta es una mala costumbre: echarle sal al plato sin antes haberlo probado. “Si estás en un buen restaurante, la sazón y todo lo demás es cuidadosamente analizado por el chef antes de que el plato llegue a tu mesa. Confía, entonces, en que la comida estará bien de sal antes de dar el primer bocado. Si no es así, sin falta, pide que te pasen el salero”.
NO TE QUEDES CALLADO
Si tienes alguna crítica constructiva o simplemente una queja, hazla saber… educadamente, claro. “Es mucho más mortificante para el restaurante leer una reseña anónima en Internet quejándose, sin haber tenido la oportunidad de corregirse”, asegura Roberts.
Además, ten en cuenta que si te manifiestas, ayudarás a que el nivel de la comida y el servicio mejore, lo que finalmente nos beneficia a todos.
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