A 28 días de ser rescatada en las faldas del nevado Bomboya, en el valle del Colca, Rosario Ponce López conversa por primera vez con un periodista. Y aunque no puede revelar detalles de lo que pasó junto a Ciro Castillo Rojo cuando estuvieron perdidos, por la investigación fiscal que está en marcha, contó la amarga experiencia que vive hoy en Lima, casi enclaustrada en casa de sus padres -por culpa de la prensa, señala- y con el único consuelo de estar al lado de su pequeño hijo Santiago.
Este diario conversó con Rosario Ponce López y su madre María del Carmen en el hotel Inkary de la ciudad de Chivay. Rosario estaba cansada, pero deseosa de decir lo que piensa, de asegurarle a todos que tiene fe en que Ciro está con vida y que confía en que pronto lo encuentren. Que el retorno a su hogar le permita a ella recuperar su vida y volver a disfrutar de lo que le gusta hacer, salir a caminar con su pequeño Santiago.
¿Cómo estás, Rosario?
Físicamente me estoy recuperando. Psicológica y psiquiátricamente aún no comienzo mi proceso de recuperación. Cualquier persona que se pierde tanto tiempo en cualquier lugar, donde no hay nadie, donde todo es agreste, donde hay fauna que uno no conoce, cualquier persona quedaría traumada.
¿Cómo pasas estos días?
Mis días transcurren bien porque estoy al lado de mi hijo. Él me levanta la autoestima. Con él puedo sonreír, jugar. Por mi hijo yo decido volver y buscar ayuda después de tantos días perdida. Por él caminé, caminé y caminé, a pesar de todos los riesgos que corría. Si mi hijo no está conmigo, siento como si aún estuviera en la montaña. Si no está mi hijo, me es indiferente si me baño, si sigo en piyama, si sigo tirada en la cama, si quiero comer o no.
¿El momento más feliz desde que te encontraron fue reencontrarte con tu hijo?
Sí, y siguen siendo los momentos más felices. Él me levanta, me está sacando a flote. Pero el mundo no solamente es él. El mundo también es salir de mi casa, pero no tengo ganas. No quiero ver a mis amigos, no quiero recibir llamadas, ni de mis familiares cercanos, solamente de mi familia íntima. ..
[Interviene su madre, María del Carmen: ni de la prensa…]
La prensa simplemente no me deja tranquila, van al colegio de mi hijo, me acosan. En ningún momento la prensa me ha preguntado cómo va mi salud, solo preguntas inútiles e hirientes, muy hirientes. A la policía, a la fiscalía, porque ellos son quienes están buscando a Ciro, a ellos sí les respondo sus preguntas. Por eso con ellos sí converso y conversamos a diario.
¿Nunca te has negado a declarar ante la policía, ante el fiscal?
No, nunca.
¿Cuándo no acudiste en Arequipa a la primera citación fiscal se entendió como que no querías venir?
Fue por razones psiquiátricas. Yo estoy cada día recordando algo nuevo.
¿Vas a seguir ayudando cuando te lo pidan?
Mientras me lo pida la fiscalía, la policía y aquellos que buscan a Ciro, sí. A ellos, sí.
¿Has hablado con la madre de Ciro?
Sí, la llamé en dos ocasiones para desearle lo mejor y para decirle que tenga confianza, fe.
Rosario, en las fotos, siempre apareces sonriente…
Es que mi carácter es así, yo no estoy acostumbrada a las cámaras ni a la atención. Siempre he sido de perfil bajo, soy una persona a la que no le gusta que estén atrás de ella ni tener la atención de tanta gente filmándote, poniéndote los micrófonos en la cara. Genera nerviosismo y todo ese nerviosismo yo lo manifiesto mediante una sonrisa.
¿Tú crees que están siendo injustos contigo?
[Interviene la madre: Ellos consideran que están haciendo un buen trabajo, nosotros los respetamos, simplemente].
¿Tienes confianza en que encuentren a Ciro?
Sí, él está bien, cuidándose. Como le comenté a mi mamá, los primeros días perdida aún no sabía qué hacer, pero poco a poco uno va ganando confianza, venciendo sus propios miedos y simplemente se va dando cuenta de que hay soluciones, que uno puede encontrar comida, que puede encontrar agua. Simplemente uno tiene que quererlo y ansiarlo. Conforme van pasando los días uno va mejorando su forma de sobrevivir, porque encuentra otras alternativas, mayores plantas. Ganas otras experiencias. Yo creo que Ciro sí está vivo y cada día está aprendiendo algo más para sobrevivir. Él se está cuidando.
¿Qué es lo que más te afecta de todo esto?
Lo que más me afecta es tener que estar en mi casa, que no pueda salir con mi hijo a disfrutarlo en el parque, que no pueda salir con él a la calle por miedo a exponerlo, por miedo a que venga la prensa y me haga preguntas inútiles como vienen haciéndolo, porque a él todos lo cuidamos.
Has regresado a la zona en donde te perdiste. ¿Te afecta?
Sí, me afecta bastante. Yo, cuando llegué a la clínica San Pablo [en Lima], mi sueño era corrido. Sin embargo, cuando yo regreso el día 19 para colaborar con la policía y responder las preguntas que a ellos les eran necesarias para seguir la búsqueda de Ciro, regresando a Lima, empecé con pesadillas, con malas noches, no podía dormir. Simplemente ya nada me importaba, solamente Santiago [su hijo].
¿Antes habías tenido que ir al psicólogo?
No, nunca, ahora estoy en tratamiento. Debo asistir al psiquiatra, tomar pastillas y recibir tratamiento.
Si la policía te llama, ¿volverías al Colca pese a que el médico no te lo recomiende?
Sí, porque yo le he dicho a la fiscalía que mientras ellos necesiten mi apoyo, mi ayuda, mi colaboración, yo voy a estar para ellos.
¿Qué les dirías a los socorristas?
Que tengan fe, que tengan confianza que lo van a encontrar, que atraigan buena vibra, que tengan buenos pensamientos hacia él, que tengan la confianza suficiente. Que no simplemente sean palabras, porque las palabras se las lleva el viento pero no la confianza ni la fe.
¿Quieres decir algo más?
Agradezco de corazón por esta segunda vida que me han dado. Esta forma de volver a nacer a mis 24 años. Aunque no lo crea, cuando estaba en el monte yo sabía que mi familia me estaba buscando. Tengan fe, Ciro va a aparecer, en cualquier momento va a aparecer.
SOBREVOLÓ LA ZONA CON FISCALES, POLICÍAS Y UN PERITO TOPÓGRAFO
Por más de tres horas, Rosario Ponce López participó en la diligencia de reconocimiento de las zonas por donde transitó con Ciro Castillo Rojo (26) durante los días que se perdieron en el cañón del Colca.
Alrededor de las 8 de la mañana, la comitiva, formada por cuatro fiscales, ocho policías y un especialista en topografía, se trasladó desde el pueblo de Chivay hasta el mirador del Chira, donde Rosario Ponce mostró a las autoridades el camino que siguió con Castillo Rojo en su ascenso al nevado Bomboya.
Luego caminaron por más de una hora para llegar hasta el mirador llamado la Cruz del Cura. Junto a la universitaria también estuvo su madre y su abogado, Miguel Cabrera, quien pidió a la prensa no acercarse a su patrocinada y reiteró su pedido para que la dejen tranquila pues teme que su salud se resquebraje. Al mediodía, la joven sobrevoló las inmediaciones del nevado Bomboya durante diez minutos en un helicóptero de la Policía Nacional y brindó detalles de los lugares que reconoció. Un fiscal topógrafo elaborará un mapa para facilitar la búsqueda.
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