En su última columna para “El nuevo Herald”, el escritor y periodista Jaime Bayly afirmó que ha desterrado de su cabeza la idea del suicidio, que dejó entrever en más de uno de sus artículos, el año pasado, pues la pronta llegada de su hijo le ha inyectado ganas y razones para continuar con vida.No solo ello, sino que Bayly está maravillado por lo que consideró aquel “pequeño milagro” en su vida, según apuntó. “Estoy embriagado de amor y gratitud a los dioses que me han bendecido con ese obsequio. Por eso no podría suicidarme ahora”, escribió.
Al conjunto de calificativos que le ha valido su irreverente personalidad y discurso en pantallas (loco, payaso drogadicto, homosexual y escandaloso), Bayly denominó “elogios inmerecidos” y atribuyó que de no haber sido así, tampoco sería escritor.
Sobre el particular, su amigo íntimo, Luis Corbacho , preguntó en su blog: ¿Qué tal si te llamamos padre ‘abandónico’?, ¿Qué tal te va padre que deja a sus hijas en la calle?, ¿O padre que las echa de su propia casa exponiéndolas en la prensa? ¿Más elogios inmerecidos?.




























































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