UNO
Zoe cumplió un mes de nacida el miércoles 27 de abril. Es una niña tranquila, curiosa y, por lo visto, siempre dispuesta a tomar más leche de fórmula, siempre que sea de soya. Dicen que sus manos y sus pies se parecen mucho a mis manos y mis pies. Esto lo afirman mi madre y la mamá de Silvia, ya sabes que las abuelas saben ver esas cosas. Zoe es, por lo visto, muy musical, como Silvia, su madre. Solo se queda dormida escuchando canciones. De momento su cantante preferido es Coti.
DOS
Silvia, Zoe y yo estamos muy felices viviendo en mi casa de Key Biscayne. Pensamos quedarnos los próximos años acá. Esta pequeña isla es linda y muy tranquila, y aquí he vivido ya muchos años y encuentro paz y libertad y creo que será un ambiente muy propicio para que Zoe pase sus primeros años. Cuento las semanas para que Zoe pueda meterse a la piscina con Silvia y conmigo. Se supone que debemos esperar hasta que cumpla tres meses.
TRES
Silvia llegó a Miami el 27 de enero pasado. Entró con una visa de turista. Le dieron plazo como turista hasta el 26 de julio de este año. El 21 de marzo pasado decidimos casarnos en las Cortes de Miami. Fue todo muy relajado y divertido. No hubo padrinos ni testigos ni solemnidades pesadas ni fiestas costosas. Lo decidimos ese día y así como estábamos vestidos, así mismo nos casamos. De inmediato, mis abogados iniciaron el trámite para que Silvia obtenga la residencia permanente, al estar casada conmigo, que soy ciudadano de los Estados Unidos, y al ser madre de Zoe, que nació en Miami y es también ciudadana estadounidense. Por consiguiente, es falsa y malintencionada la insidia que algunos infelices han propalado acusando a Silvia de estar en calidad de ilegal y pidiendo su deportación de este país.
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