“No tenía idea, era tímida, no tenía confianza en mí misma”, contó una vez la actriz suiza sobre el comienzo de su carrera. Sin embargo, nada de eso se ve en la escena en la cual sale del mar, con el cabello rubio y mojado, y los labios ligeramente abiertos.
Vestida con un bikini sensacional para la época, además de un cinturón y un cuchillo, Andress se hizo famosa de la noche a la mañana. El 19 de marzo la eterna “chica Bond” cumple 75 años.
Sin embargo, el camino hacia la actuación hasta que se convirtió en un símbolo sexual fue largo y no siempre fácil. Andress nació en 1936 en Ostermundingen, cerca de Berna, hija de un alemán y una suiza. Creció en la empresa jardinera de su abuelo. “Mi niñez fue increíblemente única, casi como en el siglo 17”, contó una vez la artista en una entrevista sobre la dura labor bajo la estricta supervisión de su abuelo. “Sin embargo, eso me dio la fuerza para superar todos los obstáculos en mi vida”.
A los 16 años, Andress abandona el pequeño mundo de la apacible Berna, la jardinería y la escuela de chicas, y viaja a París para tomar cursos de danza, dibujo y escultura. En los años 50 se muda como modelo fotográfica a Roma y allí accede al ‘jet set’ de Via Veneto, eternizada por Federico Fellini (1920-1993) en su film “La Dolce Vita” (1960). Además interpretó algunos papeles secundarios, como en “Le avventure di Giacomo Casanova” de Steno.
En 1955 es Marlon Brando quien la pone en contacto con gente de los estudios Paramount. Primero la envían a Londres y luego a Estados Unidos. Allí la bella actriz se queda sin su primer papel porque no habla bien inglés, pero ha llegado a Hollywood.
BIKINI EN LA RETINA
En la primera cinta Bond, un joven Sean Connery interpretaba al agente secreto. Cuando “la Andress” emergió del mar fue una fiesta para el público masculino en los cines. Era 1962, había aparecido la píldora y la “revolución sexual” era inminente.
Además, se consideró audaz que la joven manifestara abiertamente su interés erótico por el “007”. Por eso no extrañó que el afiche (cartel) de Ursula Andress tapizara las paredes de las habitaciones de muchos fans juveniles.
No sólo James Bond sucumbió ante aquel traje de baño: A 40 años del estreno del film, el bikini y el cinturón fueron adquiridos por 90.000 dólares por el empresario neoyorquino Robert Earl en una subasta. El cofundador de la cadena Planet Hollywood quería exponer el trofeo en un restaurante de Times Square en Nueva York.
“NO HICE TANTO”
No actuó en más de 30 películas y algunas producciones televisivas, pero “Dr. No” la convirtió en un mito viviente. En Suiza la actriz es celebrada hasta hoy como “Urs”. “Estoy agradecida por el apoyo de la gente, porque en realidad no hice tanto”, dijo una vez Andress.
Lo cierto es que la actriz, que incluso a los 60 recibió ofertas de Playboy, llegó a los titulares tanto por sus aventuras amorosas como sus películas. James Dean, Ryan O’Neal, Dean Martin, el hijo de éste -Ricci- y Jean-Paul Belmondo fueron algunas de sus parejas.
Un matrimonio con el actor norteamericano John Derek terminó en 1966 después de nueve años. Hoy Andress vive alternadamente en Italia, Suiza y Estados Unidos. Desde el nacimiento de su hijo Dimitri en 1980 apenas actúa en cine.
0 comentarios:
Publicar un comentario